Durante la Semana Santa, algunas personas usuarias de la Asociación solicitaron participar en el respiro de estas vacaciones. Una semana que estuvo marcada por la meteorología pero que, pese a tener un organigrama previo, no impidió reorganizar los planes y disfrutar al máximo de cada actividad y salida.
El principal fin de estos respiros es que las personas participantes disfruten al máximo del ocio y del tiempo compartido conjuntamente con el resto del grupo. Cada oportunidad que dio la meteorología se encaminó a salir del centro, aprovechando para pasear por el puerto de la ciudad o por algún lugar relevante del entorno, ya fuese en bicicleta o andando. Las salidas permitieron recoger cualquier objeto o material que, unidas a telas, recortes de revistas y muchas pinturas, se usaron para realizar un mural con temática primaveral.
Algunas de las preferencias que unía al grupo era la comida, por lo que no pudieron dejar pasar la oportunidad de realizar alguna receta. En esta ocasión se decidió realizar un bizcocho y gracias a cada uno pudieron elaborar el postre del último día. Juan María se encargó de abrir y separar las nueces y avellanas, Luci López y Pablo de batir todos los ingredientes que Miguel medía y que Jaime se encaba de añadir. El toque esponjoso se lo dio José Antonio, que se encargó de montar las yemas de los huevos.
No se perdió oportunidad tampoco para salir a alguna cafetería, donde compartir vivencias y alguna que otra anécdota.
Otra de las aficiones que unía a la mayoría del grupo era la música por lo que en cada hueco libre disfrutaron del baile. Bailaron y cantaron la música de Mónica Naranjo, pasando por Chiquetete o Loquillo, lo importante era la alegría que aportaban esos pequeños momentos. También, se aprovechó que estaba a disposición el espacio de XeRock y se compusieron algunos temas.
Y como no, se tenía que hacer algo que pusiese fin a la experiencia, pero de una manera especial. Cada uno recogió en una lista de deseos sus preferencias, un grupo reducido se encaminó a hacerse con cada uno de los caprichos y compartieron conjuntamente de una merienda.
Paseos, pinturas, música… se compartieron muchos momentos juntos, pero sin lugar a duda lo mejor fueron las risas y la alegría que se vivió en cada actividad, viaje en furgoneta o comida.